El baile flamenco de Sara Baras vuelve al New York City Center

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El baile flamenco de Sara Baras vuelve al New York City Center

La bailaora más relevante del momento actual celebra los primeros veinte años de su compañía bailando en el 75º aniversario del New York City Center.

Es doble el aniversario que se celebrará a través del flamenco en uno de los principales escenarios de Manhattan. Por una parte se cumplen veinte años desde la creación de la compañía de Sara Baras, y esta conmemoración se integrará en la programación especial del septuagésimo quinto aniversario del New York City Center, con el espectáculo Sombras del 7 al 10 de marzo a partir de las siete y media de la tarde. La bailaora más internacional es presentada promocionalmente por el teatro neoyorquino para esta ocasión como "Queen of the Spanish Moonwalk" a través de su web y canales oficiales en medios sociales. Los días de Sara Baras en Nueva York serán una experiencia integral de baile flamenco para el público, que antes del espectáculo podrá asistir en el Grand Tier Lobby del New York City Center a clases de baile participativas impartidas por Xianix Barrera, de acceso libre presentando la entrada al espectáculo de Sara Baras.

Sara Baras propone con Sombras un viaje a través del tiempo, de los colores, del silencio y del bullicio, de la multitud y de la soledad, de la luz y de las sombras. Esas sombras que nos persiguen o que nos acompañan no dejarán de asombrarnos, de sorprendernos. Un recorrido donde la evolución constante de Sara Baras nos permitirá reconocer toda su trayectoria, vislumbraremos nuevos espacios que nos evocarán de manera irremediable ese aroma inconfundible del trabajo hecho desde el alma. Este espectáculo nace desde la sombra inmensa de la farruca, que ha acompañado a Sara de la mano, creciendo con ella, confundiendo muchas veces la proyección y lo proyectado, ella también llevará al espectador a sitios nuevos donde identificarse, sitios donde descansar o donde querer ser uno más de la compañía, para poder acompañarla en la aventura del sentir, querer ser nota de guitarra o caricia certera del cajón, dejarse ir tras los quejíos de las voces o agarrarse con fuerza de los vuelos de los vestidos.

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